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alkimista71
(Rene Febronio Maestro)
52M
5 posts
12/6/2007 6:28 pm
La muchacha del reflejo


LA MUCHACHA DEL REFLEJO

Aquel día el andén estaba que no cabía ni un alfiler, -como casi siempre a esa hora- había transbordado en Pino Suárez, de la línea uno a la dos. Cuando el vagón llegó me arme de valor y coraje, en un pequeño hueco traté de colarme al tiempo que el timbre sonaba y se cerraban las puertas, prácticamente en mis narices, pero no podía esperar al siguiente "gusano suburbano" de hacerlo llegaría tarde a mi cita.

Con mi cara pegada al cristal la vi, porque sólo ciego no podría percatarme que era diferente a todos los rostros hoscos, inhóspitos, grises. Brotaba bella, frágil, cual rosa en un pantano; pero más que su belleza me llamó la atención su mirada, aún cuando la contemplaba a través del reflejo debido a la oscuridad del túnel y no pude evitar dejar de obsérvala .

Así llegamos a la estación Zócalo, bajo y subió mucha gente, volví a mi posición inicial, pegado al cristal, ella estaba en el mismo sitio, tuve la impresión que se dio cuenta de mi atrevido proceder, porque me sonrió y el rubor me invadió, justo en ese momento llegamos a la estación Allende, ahí solo bajaron unos cuantos, cuando se cerraron las puertas constate que seguía a bordo, pero lloraba, una gran melancolía me envolvió, quise voltear, abrazarla, consolarla, -un ser así no merece sufrir- pero tuve miedo y la gente que me apretaba contra la puerta no me lo permitiría.

Llegamos a Bellas Artes, aún cuando hubo quién descendió muchos se arremolinaron contra la puerta para poder salir en la siguiente estación. La volví a mirar a través del reflejo, a pesar de que ya no lloraba se le notaba una gran preocupación, quería hablarle, acercarme a ella, presentarme, exteriorizar mis sentimientos, no sea que abandonara el vagón y no la volviera a ver.

En Hidalgo la gente me empujo con tal fuerza que salí disparado, apenas pude esquivar el cauce de aquel río humano. Como pude me introduje nuevamente, el pánico me envolvió, no quería perder mi cita ni la oportunidad de hablarle a esa muchacha, pero algún buen samaritano me empujó y solo así pude continuar mi recorrido. En ese momento cerré los ojos, temía que ya no estuviera, al abrirlos sentí alivio al verla, eso me alegro, pero cansado de tantas especulaciones volví la mirada hacía donde estaba ella, para verla en toda su belleza y esplendor, al hacerlo me lleve una gran decepción al descubrir que no estaba. -¿cómo era posible?- Mire nuevamente el reflejo y al menos ahí sí estaba. La gente me comenzó a ver de manera extraña, veían la desesperación y confusión reflejada en mi rostro, no comprendían lo que pasaba, Yo mismo dudé de mi cordura. La muchacha compadeciéndose de mi caos mental me guiñó un ojo, me mandó un beso y me dijo adiós con la mano; miraba sin dar crédito cuando la luz de la estación Revolución me anunciaba que hasta ahí se acababa mi boleto. ¿quién fue? tal vez nunca lo sabré, pero sea quien sea o lo que fuera quede prendado de sus bellos y profundos ojos, de su cabello pelirrojo, su tez blanca, aunque baja de estatura grande en personalidad.

No fue un sueño, si lo fue quisiera volver a soñarlo y si no, no quiero despertar.

Rene Febronio Maestro

Centauro Alkimista
Rene Febronio Maestro